Me niego a aceptar el hecho de que ya no valga la pena seguir creyendo que en algún momento vamos a estar juntos. Es inevitable mirarte y sentir que por algún motivo todavia estoy acá. No parece agotarse el vino de tu copa, no parece que en algún momento de la noche hubiera estado vacía. Puedo fingir que no siento nada cuando mi piel se agrieta y la carne al descubierto comienza a arder. Puedo tapar mis oídos, pero de verdad quiero escucharte. Quiero sentir como al susurrar en mis oídos, lentamente el aire que sale de tu boca acompañando tus palabras acaricia uno a uno de mis cabellos. Prefiero verte entregándole tu vida, a sacarte de la mía para siempre. Prefiero ver como acercas tus labios a los suyos y cumplís mi sueño, a convencerme de que es inútil seguir peleando por vos. Puedo tener muchas facetas, tengo millones de historias, pero, con vos no puedo ser nadie más que yo. Puedo sonreir mientras veo que la abrazas con fuerza, pero sólo yo sé cuánto es lo que anhelo que me dediques un abrazo así en este momento. Más que nada en este momento. Puedo sentirme despreciable al fingir que estoy bien, mientras por dentro me siento sola, pero nunca es suficiente si se trata de vos. Podría haber ahorrado una vida de tristezas y de incoherencias si desde un principio te hubiera ignorado, sino te hubiera conocido. No, no. Las cosas nunca hubieran salido mejor, nunca es suficiente si se trata de tenerte, nunca es suficiente si se trata de vos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario